Hay una escena en la vida del Colegio que a más de uno le provoca una sonrisa.

Son los niños/as de Infantil a la entrada y salida del Colegio. Van todos agarrados a una cuerda, como un tren, con la profesora a la cabeza. Ha sido un recurso muy útil para que los niños guarden la distancia reglamentaria cuando van en grupo. La cuerda, con sus nudos distanciados donde agarrarse, les hace de guía y da unidad a la clase mientras avanzan, sin soltarse, despacito a sus aulas. Ha sido una feliz “ocurrencia”. Los niños no se sueltan y van felices, no sólo cuando salen buscando la mirada segura del papi o la mami, sino también a la entrada.