ANTECEDENTES.
Desde antes de iniciarse la obra salesiana de Badajoz, 5 de Septiembre de l968. Éstos eran esperados como «agua de Mayo». Ya en años anteriores el alcalde de la ciudad, Don Ricardo Carapeto, apoyó la fundación de los salesianos que, por problemas de autoridades, no se pudo llevar a efecto. También grandes amigos de la Obra Salesiana como el Magistrado de la Audiencia Don José Orio-Zabala y gran cantidad de antiguos alumnos salesianos de Béjar, Salamanca, Sevilla, Puebla y Utrera, impulsaron con gran ilusión la presencia salesiana en la ciudad.
FUNDACIÓN
Después de ese primer intento Doña Elisa Izquierdo, hija de D. Ramón Izquierdo, aconsejada por su confesor, conocedor de la obra Salesiana por el Boletín Salesiano, quiso hacer algo por la juventud a través de la Congregación. Para ello ofreció la «Finca Las Monjas» situada en la carretera de Badajoz a Cáceres para crear unas escuelitas con la única obligación que llevaran el nombre de su padre con un letrero destacado. Esta finca se subastó concurriendo el conde de Bustillo, fundador del Colegio Salesiano de Triana, por 23 millones de pesetas de entonces. A estos se añadieron otros 19 millones y una subvención a fondo perdido por puestos escolares de unos 12 millones.
DESARROLLO
La idea de unas escuelitas fue grandemente superada con una obra completa realizada por D. Alfonso de la Lastra, arquitecto de Sevilla, supervisadas por la Inspectoría y por los salesianos Don Salvador Hernández y D. Aurelio Rodríguez desde Puebla de la Calzada. Se construyeron tres pabellones para Enseñanza Primaria, Bachillerato y Formación Profesional. Esta última nunca llegó a inaugurarse a pesar de haber recibido mucho material del Secretariado Profesional de la Iglesia que por entonces llevaba el salesiano D. Julián Ocafia. Uno de estos pabellones sería cedido durante dos años al Ministerio de Educación para implantar la facultad de Química origen de la Universidad de Extremadura que hasta entonces dependía de Sevilla.
LOS PRIMEROS AÑOS.
Como en casi todas las obras los comienzos suelen ser difíciles. La Comunidad Salesiana estuvo formada por Don Tomás Gutiérrez como Director, D. Ladislao Rubio, Don José Bocio y D. José de Dios. No tenían las comodidades mínimas. Comían en el bar Sevilla y eran atendidos desde Puebla o Mérida. Bien es verdad que desde el principio tuvieron el cariño de mucha gente que lograron remediar sus problemas como las familias de Don Cecilio Venegas, Don Ignacio Rayo, D. José Alberto Alba y otras muchas personas.
Se inician las clases con 72 niños en Primaria y 62 para Bachillerato aún sin haber recibido la aprobación oficial para la Filial número dos dependiente del Instituto Zurbarán. Se puede decir que desde el principio los salesianos «cayeron bien». Después vendrían los cursos repletos en E.GB. y B.U.P.
LA PARROQUIA.
Unida a la obra colegial está la parroquia que se concede a la Congregación Salesiana por el Obispado de Badajoz en contrato firmado por el Sr. Obispo Don Doroteo Fernández y el Inspector Salesiano Don Antonio Hidalgo el 20 de Diciembre de 1973. La titularidad primitiva de San Juan Bosco cambiaría posteriormente por la de María Auxiliadora.
Hasta el 12 de Septiembre de 1986 los directores del colegio (D. Rafael Mata, D. Valentín Viguera, D. Javier Pacheco, D. Justo González) eran al mismo tiempo los párrocos, aunque disponían de un coadjutor. Como iglesia parroquial se tuvo durante unos años el pabellón destinado en un principio para formación profesional al fondo del patio. Después, gracias a la iniciativa de Don Valentín Viguera, que luego sería Vicario General de la diócesis llamado por el obispo Don Antonio Montero, se hizo un templo muy funcional en el lugar reservado a la iglesia colegial en los planos iniciales, a la derecha de la entrada del mismo.
Desde aquella fecha se nombra a D. Manuel Camargo como párroco. Gracias a su celo y trabajo y a la colaboración del resto de la Comunidad salesiana la Parroquia es hoy una hermosa realidad. El templo se ha ido mejorando y se ha completado con salones parroquiales, despachos, torre y servicios de catequesis.
LA BARRIADA DE MARÍA AUXILIADORA.
La antigua calle denominada carretera de Olivenza, cambia su nombre por el de avenida María Auxiliadora casi desde la llegada de los salesianos, así como la barriada que se ha formado en su entorno.
Desde el principio se vincula esta barriada a la obra Salesiana. Se constituye la Asociación de Vecinos redactando los Estatutos Don Manuel Llera y el salesiano D. Ladislao Rubio. El primer Presidente fue Don Manuel Caro, que con Don Ramón Ritoré y otros, han impulsado la labor social de la barriada y su devoción a María Auxiliadora, que hace de ella un ejemplo de devoción popular a la Virgen.
Gracias a Dios, que hizo surgir en Don Bosco un amor y un proyecto educativo para los jóvenes que no conoce límites de espacio o tiempo. Gracias a Mª Auxiliadora, que nos precedió antes de la presencia de los Salesianos (estuvo en la concatedral hasta ser llevada al Santuario Inspectorial, hoy Parroquia de Mª Auxiliadora) y que abrió el camino que Ella se ha ocupado de engrandecer y proteger a lo largo de estos cien años.
Gracias a los Salesianos y miembros de los grupos de la Familia Salesiana que han entregado tantos desvelos, ilusiones y vida en este siglo para llevar el amor de Jesús y María, a la manera de Don Bosco, a tantos miles de jóvenes.
Gracias a tantos profesores, personal de administración y servicios, catequistas, monitores juveniles, animadores deportivos, bienhechores de ambas presencias, APAS, familias, amigos todos que habéis colaborado de mil maneras diferentes para hacer y seguir haciendo realidad la presencia salesiana entre nuestros destinatarios.
Gracias a todos de corazón.