Hace justo una semana, nuestro Colegio se convirtió en lo que hoy celebramos.
Nuestro patio se transformó en la aldea de Belén, convirtiéndose en un auténtico escenario de ilusión gracias al Belén Viviente, protagonizado por el alumnado de Infantil y Primaria.
Tras semanas de preparativos, nervios y mucho trabajo en equipo, la magia se hizo realidad. No fue solo una representación, sino un verdadero testimonio de todo lo que somos capaces de lograr cuando caminamos juntos como Comunidad Educativa.
Las sonrisas de los más pequeños y el esfuerzo de los mayores se convirtieron en el mejor regalo de Navidad. Familias y profesorado trabajaron codo con codo para que cada detalle —desde los decorados hasta el vestuario— estuviera cuidado al máximo.
Todo ello en un ambiente de alegría, cercanía y acogida, reflejo del espíritu de familia que Don Bosco soñó para sus casas.
Queremos dar las GRACIAS a cada familia por vuestra implicación y por “echar el resto” en cada montaje y, por supuesto, a nuestro profesorado, que ha liderado este proyecto con enorme dedicación y pasión, robándole horas al reloj para que todo saliera impecable.










