Hoy es uno de esos días en que se mezclan sentimientos de alegría y tristeza. Alegría, porque después de muchos años de trabajo, nuestra querida Loli se jubila. Y tristeza, porque no la veremos más a diario con su sonrisa y su pijama de trabajo rosa.
El martes, a las once y media de la mañana, sonaba 3 veces la alarma que indicaba que había un incendio en alguna parte del colegio. Poco a poco, todos los alumnos y el personal del colegio, fueron acudieron al patio, pero sabían que no había peligro, que era por una razón muy especial. Todos sabían el motivo, menos la protagonista, que no se llegó a dar cuenta de por qué estábamos todos en el patio, hasta que llegaron dos alumnos con un ramo de flores junto al director de la Casa, para agradecer labor de estos años y devolverle un poco del cariño y la felicidad que nos ha transmitido ella durante estos años.
Loli, disfruta de tu merecida jubilación ganada a pulso y no te olvides de nosotros, que nosotros no lo haremos y te recibiremos con los brazos abiertos cada vez que vengas a visitarnos.
