Esta generación, como tantas otras que han recorrido los rincones de este colegio, no solo permanecerán en el recuerdo, sino que seguirán teniendo en esta casa un patio donde reencontrarse, una escuela donde recordar los elementos profundos y valiosos de la vida, una iglesia en la que sentirse hijos de quien es Auxilio, en definitiva, una casa donde permanecer unidos.
Con la despedida de estos alumnos, no podemos más que agradecer a tantas familias que han depositado en nuestras manos lo más valioso que tienen, el fruto del amor más puro, sus hijos. Que María sea siempre vuestro auxilio y Dios bendiga el camino de todos nuestros alumnos y sus familias.